¿Cuándo se fue España al guano?

Hasta 2004 año en que Zapatero, con la inestimable ayuda de los atentados de Atocha llegó al poder, todo iba relativamente bien en España. Vivíamos razonablemente en paz. Si alguien pensaba de forma distinta no era motivo suficiente para perder la amistad. Podíamos tomar unas copas juntos y no pasaba nada. 

Entonces llegó Zapatero y, como buen sectario izquierdista, se puso a sembrar odio y a dividir a los españoles entre buenos y malos. En pueblo y en antipueblo. 

    • Ley de Memoria Histórica. Desenterró viejas rencillas ya casi olvidadas de la Guerra Civil.
    • Ley de Violencia de Género. Sembró odio entre hombres y mujeres. Guerra de Sexos.
    • Nuevo Estatuto de Cataluña que tuvo la virtud de no contentar a los separatistas catalanes pero, sí desagradar a gran parte del resto de España.
    • Ayudas, subvenciones a todos los medios afines a sus fieles trompeteros, por no decir subvencionados, que también:

Durante algunos años no nos dimos cuenta de las consecuencias perversas que esas leyes y medidas acarrearían a España. Pero la serpiente ya había puesto los huevos.

Hay que añadir, que un acomplejado PP no sólo no se opuso, sino que en algunos casos las apoyó. Rajoy, con su mayoría absoluta en ambas Cámaras (Congreso y Senado), podría haberlas derogado, modificado, consensuado, eliminado toda la carga ideológica de extrema izquierda que impregnaban, tanto leyes como disposiciones del nefasto y sectario social comunista: Zapatero. ¡No modificó ni una coma! 

Fue en 2014 cuando los huevos de la víbora eclosionaron. Surgió la peste. Apareció Podemos y las leyes de Zapatero comenzaron a cobrarse las primeras víctimas:

  • Nos dijeron que todo era malo.
  • Ellos eran el pueblo. Los demás eran la casta, el antipueblo.
  • Inventaron problemas allí donde no los había.
  • Enfrentaron a padres con hijos, hombres con mujeres, homosexuales con heterosexuales.
  • Resucitaron la Guerra Civil.
  • Allí donde había convivencia sembraron odio. 
  • A los que se sentían españoles los llamaban fachas.
  • Adoctrinaron a los jóvenes haciéndolos intolerantes
  • Denigraron la sanidad y la escuela pública diciendo que eran una basura..
  • Hablaron de vivienda digna, mientras ellos se mudaban a mansiones de más de 1.000 m2 o a pisos de más de 150 m2 en los mejores barrios de la ciudad. 
  • Pasamos de ser aliados de los EE.UU. a ser amigos de dictaduras latinoamericanas y en algunos casos narcotraficantes.
  • Abominaron de la Constitución del 78 con el argumento de que todo había sido un invento franquista.
  • Nos dijeron que no sabíamos lo que era libertad, ni el sexo, como si nosotros no hubiéramos sido nunca jóvenes.
  • Nos hablaron de tolerancia y aparecieron las amenazas a los que no pensaban como ellos.
  • Surgieron los escraches, siempre y cuando no se los hicieran a ellos.
  • Convirtieron las redes sociales en una pesadilla. Siendo Ferreras en la Sexta, El País y la Ser los máximos arietes contra la derecha.
  • Apalear a policías era un orgullo y okupar casas, un derecho constitucional.

Desde 2014 todo ha ido a peor. Nos habéis dividido. Estamos instalados en el caos. Habéis traído la peste.

La guinda al pastel la pondrá, la está poniendo, el PSOE de Pedro Sánchez y sus aliados separatistas antiespañoles. Será como el caballo de Atila, no crecerá la hierba allí donde pisa. 

De facto, esto es lo que queda de la España que hasta ahora hemos conocido. De jure será un hecho dentro de poco tiempo. La balcanización de España está servida. 

Construir un país dura siglos. En destruirlo se tarda unos años. Una legislatura más de Pedro Sánchez con el legislativo y el poder judicial en sus manos, y la destrucción de España, tal y como la hemos conocido hasta ahora, es imparable. No puede subsistir con la llegada al poder de socialistas (rama Largo Caballero) comunistas, podemitas, separatistas, filoetarras y de tantos Fernandos Tueba como hay infiltrados en todos los estamentos. En cuanto a los demás poderes, olvídense de que existen!