Supremacistas

El nacionalista «vernáculo»,  al no poder ser genéticamente racista, por razones obvias, alardea de ser supremacista. No importa que más del 60% del producto interior bruto de su Comunidad sea generado por empresas extranjeras, cuyas ventas se dirigen en más del 50% al resto de España.

El supremacista catalán ha decidido ser superior al resto de españoles y no caben argumentos en contra. El resto de los españoles lo ha asumido así, sobre todo los izquierdistas cuya autoestima con respecto a cualquier nacionalista «vernáculo» no puede haber caído tan baja. Tampoco la derecha le va a la zaga.

De ningún modo piensa que el desarrollo económico de su región, se deba también en gran parte a la enorme contribución, generosidad y sacrificio de la tan odiada España. Cataluña la fábrica de España.

Los supremacistas, nacionalistas, xenófobos hasta el tuétano, han conseguido dividir a la sociedad catalana. Parientes que no se hablan entre si, amigos que han dejado de serlo, funcionarios que se miran de reojo. vecinos que no se saludan, eventos familiares tensos…

Han conseguido dejar más que tocada la simpatía y el aprecio que siempre ha sentido y sigue sintiendo el resto de españoles hacia los catalanes.

 

 

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